Pintaron la puerta aquella del Viejo San Juan,
la pintaron de negro, no sé si en Photoshop.
Se comenta que fue el propio artista
que la había pintado en primer lugar.
La pintaron de negro y la gente está triste,
la gente está molesta porque la pintaron de negro.
Pintaron la puerta más retratada del pueblo,
la puerta con más seguidores en Instagram y Snapchat.
La pintaron de negro aunque el país está de rosa,
aunque las flores siguen siendo de distintos colores.
La pintaron de negro, pero la gente baila,
la gente busca sus latas de Medalla y las pinta
como huevos de Pascua
para recordar el color de la puerta estrellada.
Pintaron la puerta de negro y las calles siguen rojas,
¿quién es quién para quitarle ese color?
La pintaron de negro y el mar sigue azul
aunque no nos dejen verlo,
pero sigue azul y siguen verdes las montañas vacías.
Siguen coloridos los mangós que se pudren en el piso,
siguen coloridas las paredes de los cascos
aunque las invada el moho
y la pintura esté haciendo sus maletas.
Pintaron la puerta de negro y todos cuestionan
con qué derecho
la pintó quien la pintó,
con qué moral chillada de brown
le puso el negro en la madera,
si nadie se ha muerto, si el luto es una palabra
demasiado específica,
si el turista no entiende lo que nos está pasando,
si las playas siguen ahí, si sigue siendo verano,
si hay más gente dando share que en caseta en La Chardón,
si ayer estábamos todos metidos en las piscinas.
Con qué moral calzoncillesca la pintaron de negro
si ahí es donde todos se sentían como pueblo
antes de seguirlo a comer en Famous Dave’s;
con qué moral de independentista fafsopeliano
pintó tal monumento con la sangre del país.
Hoy el pueblo llora, porque el viento ya no llega,
porque el océano y el mar ya no cruzan la autopista,
porque las mangostas ya no propagan la rabia,
porque los puentes se han quedado sin pilares,
porque las ciudades no van a ver llover,
porque ya los selfies no van a ser los mismos.
- Carlos Eduardo Silva Velázquez
*Foto sacada de uno de los miles de Facebooks en la que está compartida. Se agradecería conocer su origen.