En el sofá de la sala
te busco todas las noches
y te busco en la pequeña
cartelera de Netflix.
A veces me siento solo,
ignorando la butaca de mi preferencia
e imagino tus dedos
bajando por mi brazo.
Estos estragos monumentales
de la memoria
son obstáculos en el corto paseo
del pasillo hasta el control.
Y entonces,
quedo plantado toda la noche
con el brazo arriba
y tu fantasma recostado
al borde de mi pecho.
Perfumes
Tu olor está para siempre
en el televisor
desde aquella noche
en que vimos tres películas corridas
sin ver ninguna de ellas.
Todavía lo tengo aquí
mientras busco en HBO GO
algo que me entretenga,
pero me entretiene lo suficiente
tu recuerdo en la nariz.
Se queda, como polvo, entre mis libros,
ignorados en la esquina de mi cuarto;
y me envuelve como niño
cuando estoy por acostarme.
Tengo tu olor
como camisa de fuerza,
como quietud obligada
mientras intento seguir viendo mi serie favorita.
Aquí te quedas
para siempre
en la televisión como espejo
del último sudor
que me diste.
- Carlos Eduardo Silva Velázquez