me topé con tres pájaros
que cantaban por el pan nuestro,
con un taxi sin prisa
y un autobús intacto.
Personas, cual herramienta,
cumpliendo su oficio,
y monos escondiendo
las limosnas que bailaron.
También vi la verdad
de los que se vendan los ojos.
Entendí que no es que ya no quieran ver,
sino que buscan sanarse
de lo que han visto.
Aquí en la calle
se le ve la costura a lo absurdo,
y por esa misma grieta,
se ve el mundo nacer de nuevo.
Los militantes haciendo eco a sus ordenanzas
y los libertadores ocupados
arreglando la balanza de la justicia.
He visto a la maldad
y sus múltiples diablos…
De vez en cuando comparto con ellos.
En sus ojos al menos veo
la sinceridad con ausencias
y no la fe con mentiras.
- Alvin Miguel Silva Bayona