Nantan Bai, uno
Escribo porque encontré queun día
era necesario hablarle a los huesos.
Escribo porque mi bieja pisó cientos de huelgas,
porque de tanto parirme, no tuvo más remedio
que enseñarme el otro lado dela hisla.
Escribo porque también viví en la ciudad de nuevayol,
porque también allá se están matando porel crack.
Porque también allá se están matando porla heroína,
porque también allá existen cárceles,
porque enlas cárceles de allá también hacen tiempo
cientos de puertorriqueños,
porque también allá mueren
chamaquitos que van a parar al río,
que van a parar a los buzones, endonde aprenden
a vivir como viven las cartas.
Escribo porque séque olvidar es algo implanteable,
porque séque endonde mejore un ser humano,
mejorará la lucha aunque sea un poco más...
y cuando llegue ese día, te hablaré delos huesos,
y delo mucho que sonríen debajo de la piel.
Nantan Bai, dos
Óyeme bieja:
Ahora entiendo porquelo nuestro
esun estilo de huesos diferentes.
Ahora sé porqueme decías que no era el barrio,
sino uno mismo.
Ahora sé que'l tiempo tiene más dientes que boca,
y que evitarlo, sería como evitarlo todo.
Óyeme bieja,
enque fallamos sinoque en la piel.
En el registro de pájaros quesino somos,
ya lo seremos.
En la capacidad de saber que'l vivir dela tierra firme,
es como masticarse uno pa' dentro
sin dejar de ser el mismo.
Y séqueme has dicho miles de veces que'l odio,
si se coge en serio, es uno deesos fenómenos
que entra cuando la comunidad duerme,
pa' besarnos y abrazarnos dela misma manera
quelo haría una madre si su nene cayera enel presidio.
Ahora entiendo queme pariste de noche,
porque de noche los niños nole temen al gobierno.
Ahora caigo en cuenta sabiendo quelo sagrado
es queme acostumbré a ti,
ahora quesé que nome durarás pa' piedra.
Domingos
No quiero el mar
si tiene el veneno de tus muslos,
tampoco tu piel
si es el residuo de ese veneno,
mucho menos tu boca
sin los pájaros sagrados
que un día llegaron
como aviones enemigos.
No quiero tus huesos
los que me abren la palabra
como libro.
He dicho que no quiero el mar
si no tiene la tinta que imagino,
la gota de sudor del obrero
o del erizo,
solo quiero ver televisión
como quien toma veneno
los domingos.
Escribo porque encontré queun día
era necesario hablarle a los huesos.
Escribo porque mi bieja pisó cientos de huelgas,
porque de tanto parirme, no tuvo más remedio
que enseñarme el otro lado dela hisla.
Escribo porque también viví en la ciudad de nuevayol,
porque también allá se están matando porel crack.
Porque también allá se están matando porla heroína,
porque también allá existen cárceles,
porque enlas cárceles de allá también hacen tiempo
cientos de puertorriqueños,
porque también allá mueren
chamaquitos que van a parar al río,
que van a parar a los buzones, endonde aprenden
a vivir como viven las cartas.
Escribo porque séque olvidar es algo implanteable,
porque séque endonde mejore un ser humano,
mejorará la lucha aunque sea un poco más...
y cuando llegue ese día, te hablaré delos huesos,
y delo mucho que sonríen debajo de la piel.
Nantan Bai, dos
Óyeme bieja:
Ahora entiendo porquelo nuestro
esun estilo de huesos diferentes.
Ahora sé porqueme decías que no era el barrio,
sino uno mismo.
Ahora sé que'l tiempo tiene más dientes que boca,
y que evitarlo, sería como evitarlo todo.
Óyeme bieja,
enque fallamos sinoque en la piel.
En el registro de pájaros quesino somos,
ya lo seremos.
En la capacidad de saber que'l vivir dela tierra firme,
es como masticarse uno pa' dentro
sin dejar de ser el mismo.
Y séqueme has dicho miles de veces que'l odio,
si se coge en serio, es uno deesos fenómenos
que entra cuando la comunidad duerme,
pa' besarnos y abrazarnos dela misma manera
quelo haría una madre si su nene cayera enel presidio.
Ahora entiendo queme pariste de noche,
porque de noche los niños nole temen al gobierno.
Ahora caigo en cuenta sabiendo quelo sagrado
es queme acostumbré a ti,
ahora quesé que nome durarás pa' piedra.
Domingos
No quiero el mar
si tiene el veneno de tus muslos,
tampoco tu piel
si es el residuo de ese veneno,
mucho menos tu boca
sin los pájaros sagrados
que un día llegaron
como aviones enemigos.
No quiero tus huesos
los que me abren la palabra
como libro.
He dicho que no quiero el mar
si no tiene la tinta que imagino,
la gota de sudor del obrero
o del erizo,
solo quiero ver televisión
como quien toma veneno
los domingos.