Como cuando no exista
Como cuando no exista
mis manos serán tuyas
en el hondo cadáver
de mi sueño más alto,
la menuda caricia
de esqueletos azules
te hablarán a la sombra
de una sombra perfecta.
Espera que agonice
tu sonrisa en la mía,
serás como de luto,
iniciando lamentos
y una voz amarilla
descansará en la tuya.
Éramos solos
Hoy, ¿quién le dijo
al viento que fuimos
soledades?
¿Quién le dijo
al silencio
que invadimos
su angustia?
Éramos solos,
éramos solitarios,
éramos solitarios,
y la angustia era el eje
de nuestras mutuas vidas.
Y seguiremos siendo más hondos
que el silencio
y más solos que aquella soledad no vencida.
Como cuando no exista
mis manos serán tuyas
en el hondo cadáver
de mi sueño más alto,
la menuda caricia
de esqueletos azules
te hablarán a la sombra
de una sombra perfecta.
Espera que agonice
tu sonrisa en la mía,
serás como de luto,
iniciando lamentos
y una voz amarilla
descansará en la tuya.
Éramos solos
Hoy, ¿quién le dijo
al viento que fuimos
soledades?
¿Quién le dijo
al silencio
que invadimos
su angustia?
Éramos solos,
éramos solitarios,
éramos solitarios,
y la angustia era el eje
de nuestras mutuas vidas.
Y seguiremos siendo más hondos
que el silencio
y más solos que aquella soledad no vencida.