Con dinero ajeno en el bolsillo
y falsas esperanzas
me monté en la guagua
para jugar PlayStation
en casa de mis primos.
A coger pelas en 2k
e intentar dar yo alguna (logré dar una por 30,
coger tres por quién sabe cuánto
y un triple de Durant
que todavía me encojona).
Vi How I Met Your Mother,
me lo había perdido los últimos tres lunes.
Esperamos hasta las doce y pico
para ir a Sears
y vaciar la
“plástica”
como dice Cosculluela
(pero claro, a él le dura más).
Sí, era la venta del desvelado
y necesitábamos un televisor,
relativamente hablando.
Había demasiada gente
- la mayoría buscando una Tablet de $50.00
para entrar a facebook –
bloqueando la puerta de al frente,
gritando: “¡Ábreme hijo ‘e la gran puta, llevo
cinco horas aquí!”
y cosas de esa índole.
Qué remedio, nos fuimos a dormir.
No.
Abrieron el Sears de abajo,
mi primo pequeño me llamó,
viré,
llegamos a Brand Central, nos colamos
legalmente.
Escuché dos o tres “puñetas” más
de camino a los televisores,
me cagué dos o tres veces.
La gente seguía dando cantazos
en las puertas principales,
los cacos amenazaban a los cajeros.
Todas las filas parecían estúpidamente largas.
Ignorando el revolú y asumiendo
que no quedaba nada
hicimos fila corta para un raincheck...
(mi primo y yo cogimos turnos para ver
a los desesperados
en la puerta)
no sé, una media hora de incertidumbre después:
“sí, me queda ese televisor”.
Plástica vacía,
4:30 AM, un destornillador de la caja de mi abuelo
y la radio:
“Llegó la Navidad... ♪♫”
- Carlos Eduardo Silva
y falsas esperanzas
me monté en la guagua
para jugar PlayStation
en casa de mis primos.
A coger pelas en 2k
e intentar dar yo alguna (logré dar una por 30,
coger tres por quién sabe cuánto
y un triple de Durant
que todavía me encojona).
Vi How I Met Your Mother,
me lo había perdido los últimos tres lunes.
Esperamos hasta las doce y pico
para ir a Sears
y vaciar la
“plástica”
como dice Cosculluela
(pero claro, a él le dura más).
Sí, era la venta del desvelado
y necesitábamos un televisor,
relativamente hablando.
Había demasiada gente
- la mayoría buscando una Tablet de $50.00
para entrar a facebook –
bloqueando la puerta de al frente,
gritando: “¡Ábreme hijo ‘e la gran puta, llevo
cinco horas aquí!”
y cosas de esa índole.
Qué remedio, nos fuimos a dormir.
No.
Abrieron el Sears de abajo,
mi primo pequeño me llamó,
viré,
llegamos a Brand Central, nos colamos
legalmente.
Escuché dos o tres “puñetas” más
de camino a los televisores,
me cagué dos o tres veces.
La gente seguía dando cantazos
en las puertas principales,
los cacos amenazaban a los cajeros.
Todas las filas parecían estúpidamente largas.
Ignorando el revolú y asumiendo
que no quedaba nada
hicimos fila corta para un raincheck...
(mi primo y yo cogimos turnos para ver
a los desesperados
en la puerta)
no sé, una media hora de incertidumbre después:
“sí, me queda ese televisor”.
Plástica vacía,
4:30 AM, un destornillador de la caja de mi abuelo
y la radio:
“Llegó la Navidad... ♪♫”
- Carlos Eduardo Silva